Ayer, Cine Cosmos, en Buenos Aires
"Nadie sabe" de Hirozaku kore-Eda
La película se estructura en el tiempo como las estaciones( kigo ) del poema haiku: otoño, invierno, primavera, verano en un Tokio gris, y con polución. Aún así hay pequeños detalles cotidianos de singular belleza: “huele bien como el verde nuevo”, florecen los almendros y los cerezos.
La vida transcurre en cada instante de la mirada en el presente, impactando en el futuro, desde un pasado sin herencia.
Imágenes de dolor, desesperación, pero también de ternura. Estos niños encerrados por el abandono, sueñan con crecer: Akira mira a un chico que, molesto, le muestra las zapatillas nuevas - su madre le había comprado un número mayor a su talla así las podría seguir usando “para cuando crezca”-
Akira vuelve la mirada a las suyas: rotas, demasiado ajustadas.
Ver esta película, es sentirse conmovido por lo que nadie sabe mejor que los padecen el aislamiento del desamparo y aún siembran la esperanza de tener un lugar en la vida.
Elena de San Telmo
Nadie sabe – Un hecho real
”Este suceso hizo que me planteara varias preguntas. La vida de esos niños no pudo ser únicamente negativa. Debieron disfrutar de momentos de complicidad, de alegría, de tristeza y de esperanza. No quería mostrar el “infierno” visto desde fuera, sino la “riqueza” de sus vidas desde dentro” . Hirozaku kore-Eda.